Pinceladas y reflexiones sobre la vida cotidiana a orillas del Mediterráneo

lunes, 23 de abril de 2007

Cuestiones idiomáticas

Hoy se cumplen 31 años del día que llegué a Israel como “inmigrante”. Las comillas es porque me resulta extraño llamarme asi. Acá los inmigrantes somos “olim”, término que deriva del verbo “laalot” = subir, con el inherente significado de “superioridad” que siempre rechacé. Infinidad de sentimientos y sensaciones me despertó, -a lo largo de los años-, mi decisión de irme de Argentina, seguramente similares a las que siente todo aquel que viven en un pais en el cual no creció. Nunca una sensacion de superioridad.
Pero vaya una a discutir con el idioma al que pretende hacer suyo

Cuestiones de recibimiento

No soy muy buena para las fechas pero de ésta me acuerdo. Aterrizamos en la víspera de Yom Haatzmaut (el Dia de la Independencia), que como todos los días, según el calendario judío, comienza a la nochecita, al salir la primer estrella. O sea, que hoy se cumplen 31 años según el calendario judío, que salvo los religiosos, nadie usa realmente acá. Fuera de las festividades, para todo lo demás, Israel se rige con el calendario de “todos” (enero, febrero, etc.). Pero ¡cómo olvidar aquel dia! Cuando llegamos al kibutz al que fuimos destinados (llegué a Israel en el marco de un grupo juvenil), provenientes del aeropuerto Ben Gurión, había una fiesta y yo, desde mis ingenuos 19 años, no tenía duda que la fiesta era en nuestro honor... Asi que imagínense la desilusión cuando minutos después de nuestro arribo descubrí no sólo que la fiesta era por el Dia de la Independencia, sino que quienes estaban enterados de nuestra llegada eran únicamente las dos personas encargadas de recibirnos. Todos los demás nos ignoraron olímpicamente.
Y para despejar toda duda acerca de la indiferencia de los miembros del kibutz, ni siquiera nos habían apartado comida de lo que había quedado de la cena, que en esa época aún era colectiva.

Esquizofrenia nacional

Además del aniversario personal, hay otro motivo que hacen de éste día un día especial. El más especial de todos. Hoy es el día de la Recordación por los caídos en la guerra y en los últimos años se agregó la categoría, ‘y en atentados terroristas’. Ayer a las ocho de la noche (cuando comenzó el día de hoy) se escuchó en todo el país una sirena, que precede el minuto de silencio que se repitió hoy, a las once de la manana. Ver todos los conductores detenerse en medio de la ruta, de una calle céntrica, etc., para ponerse de pie al lado de sus vehículos, en señal de respeto a la memoria de los caídos, estremece y moviliza, año tras año.
Desde ayer, toda la programación de la radio y la televisión está dedicada exclusivamente al tema. Todos los canales israelíes de cable y satélite suspenden sus transmisiones por 24 hs y los de aire, transmiten sólo programas alusivos. Fuera de eso sólo se pueden captar canales del exterior que se transmiten sin traducccion al hebreo. Pero lo más insólito, -por inadmisible y comprensible a la vez-, es que hoy, a las 20 hs, (o sea, cuando empieza el día de mañana), se termina el duelo y ¡zap! comienzan los festejos por el Dia de la independencia, (ergo, fiestas, asados, etc. etc.) Teóricamente, a partir de las ocho de la noche ya se puede escuchar música alegre, etc. pero por lo gral, todo empieza a partir de las nueve. Una gesto de consideración espontáneo hacia nuestra propia cordura. Una tregua de una hora, para que el ‘switch’ entre lo que se supone que es el día más triste y el más alegre del año, no termine rayándonos totalmente.
Y después se preguntan porque aquí andamos todos, quien más quien menos, medio esquizofrénicos.