Pinceladas y reflexiones sobre la vida cotidiana a orillas del Mediterráneo

martes, 18 de septiembre de 2007

Sensacionalismo sin fronteras

Pasa en las mejores familias
Años atrás la televisión israelí se caracterizaba por su, relativamente, alto grado de sensibilidad y respeto, en todo lo referente a familiares de víctimas, de lo que sea. Pero eso ya es historia. Hoy en día el sensacionalismo ganó terreno. Un ejemplo, entre muchos.

Esta mañana me disponía desayunar con la companía de Avri Guilad y Einat Galili, conductores del programa matinal del canal 2, a quienes considero lo mejorcito en el ramo. Pero no pude. Los pocos minutos que miré el programa fue tal la indignación, que opté por eliminar a lo por lo general simpática e iluminada parejita, de mi menú matinal, para no indigestarme. Uno de los entrevistados era un amigo de una pareja fallecida a raíz de la caída del avión en la isla de Phuket en Tailandia, día atrás. El joven estaba genuinamente emocionado. Y que le pregunta Avri, si tiene su celular encima. Obviamente no era porque el suyo estaba descargado y necesitaba urgente hacer un llamado. Sino porque el conductor estaba enterado de que la pareja de amigos del muchacho entrevistado, había tenido por costumbre, durante los días que alcanzaron a disfrutar de su luna de miel, de mandarle mensajes de textos contándole sobre los artículos típicos que iban adquiriendo. Dejando de lado la extraña costumbre, ¿qué se pretendía con esa pregunta? Que nos hagamos todos juntos un banquete con los mensajes enviados por la difunta pareja? Por suerte el celular en cuestión había quedado afuera del estudio.
Pero eso no fue lo más.
Cuando el otro entrevistado, padre de una de las víctimas, hablaba como un hecho de que su hija estaba muerta (esta mañana aún no habían sido identificados todos los israelíes que figuraban en la lista de pasajeros), Einat le preguntó, que fue lo que le "calmó la duda", una expresión desacertada, ya que la falta de duda se traducía en la lamentable certeza de que su hija había muerto. O sea, cero calma.El padre, incrédulo a lo que sus oídos habían escuchado, le contestó, "que fue identificada". Pero parece ser que la clara y sobria respuesta no calmó la avidez de sensacionalismo, que lamentablemente, ni siquiera la pareja más brillante en los alrededores está exenta. Einat intentó, por suerte, infructuosamente, sonsacarle algún detalle acerca de cómo fue identificado el cádaver.

Hasta ahí llegué. Quisiera creer que en mi ausencia ambos conductores, o alguno de ellos, encontró la manera de reparar tan desacertado desliz. Pero si tuviera que apostar, apostaría a que no.

Ines Weller desdeisrael@gmail.com

lunes, 17 de septiembre de 2007

De regreso

Dos meses después

Acabo de darme cuenta de que mañana se cumplirán dos meses desde mi último Post. Sabía que había pasado mucho tiempo pero no sospechaba que tanto. ¿Por qué será, -me acabo de preguntar-, que me cuesta tanto retomar algo que en realidad me daba tanto placer, como me dio en su momento, escribir en este blog? Ipso facto apareció esa vocecita mía que pareciera dormitar en mis entrañas, pero que en realidad está ahí a la pesca de alguna preguntita inquisidora, -"¿tal vez será precisamente por eso?", me susurró, retóricamente, desde mis adentros.
***
Si dos meses es mucho o poco tiempo es una pregunta filosófica, pero el sentido comun dice que dos meses de silencio para un blog, es demasiado.
Sé que no vale como disculpa, pero en la vida ocurre a veces que hacemos, -o que no hacemos-, algo "demasiado", a pesar de que hubieramos querido evitarlo, -o hacerlo, según el caso-. En este caso, por suerte, resolví una problemática personal que me tenía absorbida y que me alejó del blog.
Tengo la esperanza de traer conmigo algo así como un premio consuelo, porque siento que no reaparezco dos meses más vieja, sino dos meses más grande!

Año Nuevo 5768

En Israel suele pasar que uno siente cierta esquizofrenia, -por contradicciones culturales internas, entre otras cosas-, pero en Rosh Hashana (Año Nuevo Judío), está sensación no "suele pasar", sino que se agudiza y generaliza. Festejamos un año nuevo judío con todas las letras, cumpliendo todos los preceptos de unión o reunión familiar, según el caso, comer hasta el hartazgo (incluyendo platos tradicionales y sus versiones modernas), intercambiar regalos, vacacionar, etc. etc. Pero, salvo el año escolar que aún se denomina según el calendario judío, y comienza el 1 de septiembre, prácticamente ningún otro área de nuestras vidas se rige según él. Lo absurdo no termina acá. Al año judío se acostumbra denominar con sus siglas en consonantes, (dado que en hebreo cada consonante tiene un valor númerico, se traduce el número a letras.), a las que se les agrega vocales arbitrariamente, para poder pronunciar el nombre del año judío, como si fuera lo que no es, el nombre de alguien. La pregunta, que confieso recién ahora se me ocurrió preguntarme es, ¿por qué no optamos por la simpleza, y llamamos al número 5768 por su nombre, y no nos "rompemos los dientes" (como se dice en hebreo), con su nombre "Tashsaj", que en realidad, todo su signficado es el número 5768?

Ines Weller desdeisrael@gmail.com