Pinceladas y reflexiones sobre la vida cotidiana a orillas del Mediterráneo

domingo, 3 de marzo de 2019

Viejo "truco" infalible


Últimamente tuve la oportunidad de volver a comprobar, por chiquicienta vez, la eficacia de este viejo "truco" y me dio ganas de compartirlo.

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Cuentan de una familia con muchos hijos que vivían en una casa muy pequeña lo que, naturalmente, les generaba gran incomodidad y muchas tensiones. Cuando la situación se hizo insostenible el padre fue a consultar al rabino qué hacer. Para su gran sorpresa, el rabino le aconsejó:

 –Llevá un cabrito a tu casa…

–¡¡¿Qué decís?!!! Te digo que vivimos reapretados ¡y vos me decís que lleve un cabrito a mi casa! 

–Hacé lo que te digo. Lleva el cabrito y volvé en una semana.

Dada la gran reputación del rabino como solucionador de problemas por un lado y su desesperación por el otro, el hombre llevó un cabrito a la casa. Como era de imaginar, la convivencia con el animal los enloqueció...  A la semana, el hombre corrió al rabino.

–Rabi, pasamos una semana terrible…

–¡Excelente! Volvé a tu casa y sacá el cabrito…

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Después de haber convivido, en el transcurso de los años, con muchos "cabritos", doy testimonio que el "truco" es infalible.

Solo le veo dos inconvenientes: la llegada del cabrito es ajena a nuestra decisión (al menos yo nunca encontré las fuerzas para meterlo por propia voluntad) y el "efecto" no es muy sostenible que digamos… En un par de días el alivio por la desaparición del problema "extra" suele esfumarse... y volvemos a quejarnos de la difícil situación…