Pinceladas y reflexiones sobre la vida cotidiana a orillas del Mediterráneo

sábado, 27 de agosto de 2022

Lección de geografía masiva y personalizada



Cuando me percaté de la lógica que determina las nuevas tarifas del transporte público, según la reforma que rige desde principios de mes, no sabía si reírme o llorar…

Resulta que para saber qué boleto/pasaje comprar, no es suficiente conocer nuestro destino como era habitual. ¡También tenemos que saber cuál es la distancia, en km, que nos separa de él! Como si esto fuera poco… no se trata de la distancia por ruta, que podríamos tener alguna vaga idea, sino, la distancia aérea.

Así las cosas, parece ser que quienes usamos transporte público no tenemos más remedio que aceptar el desafío y, preferentemente improvisando  una sonrisa, participar de esta masiva, personalizada y obligada lección de geografía.

 

 

sábado, 20 de agosto de 2022

Llegar a un lugar inimaginable

                                                                                                                                                                                               Foto: Haim Zach – Ofic, de Prensa del Gob        Cada vez que veo a Yair Lapid en su relativamente flamante  (¿y fugaz?) puesto de primer ministro siento un pellizco de emoción que nada tiene que ver con posturas políticas. Empatía pura.

Es verdad que al asumir el rol de premier Lapid demostró que, a veces, los deseos se cumplen, pero no fue eso lo que me “tocó”. En realidad, fue lo contrario.

Si bien cuando comenzó su carrera política apuntaba hacia el “trono”, adivino que años atrás, cuando el joven Yair daba sus primeros pasos en el exitoso carrerón que hizo como conductor de TV, la idea de entrar en los zapatos de David Ben Gurión, y colegas, no se le pasaba por la cabeza.

Este tipo de situaciones, en las que nos descubrimos en un lugar con claras connotaciones de crecimiento personal, al que nunca imaginamos llegar, me conmueven.

Un momento así viví cuando debuté, con manos temblorosas, frente al volante. Recuerdo que al estacionar, después de mi primer viaje, sentí como si palpara mi transformación, de mujer sin registro a mujer conductora… Con todas las implicaciones de este cambio de categoría.

¡Cómo podés comparar! pensarán, tal vez, al leer mi prosaico y modesto ejemplo frente al desafiante "salto" que dio Don Lapid.

Pero si hay algo que aprendí a lo largo de los años es que los logros no se pueden comparar. Para mí, desde la perspectiva de mi punto de partida, sacar registro (y largarme a manejar) fue una hazaña gigante, no menor que la del susodicho al llegar a tan prestigioso puesto.

No es tarea fácil, lo digo por experiencia, pero me parece que por aquí pasa la clave: en lugar de valorar lo que hicimos en función de lo que hicieron otros, valorarlo en función  del itinerario que recorrimos hasta hacerlo...


miércoles, 10 de agosto de 2022

El país es chico pero la grieta es grande




Como era de esperar, en vísperas de las próximas elecciones gubernamentales –programadas para el 1 de noviembre 2022–, la grieta alrededor de la disyuntiva con o sin Bibi (como llaman todos acá al ex premier Benjamín Netanyahu) adquirió gran protagonismo.

Sin embargo, hoy, a raíz de la reciente Operación Amanecer, me urge hablar de otra de las tantas grietas que pululan por estos pagos, la que separa a la población de Israel en dos mundos: el de quienes vivieron durante esta escalada situaciones límites y un sinfín de dificultades y, a años luz de distancia, aunque a nivel geográfico está a solo algunos kilómetros, el de quienes vivimos en otro planeta, en el que no hubo alarmas, ni corridas a refugios, ni rutas cerradas, y el servicio de trenes continuó respetando (con su conocido albedrío) sus horarios.

Esto me recordó la frase que dijo mi hijo mayor cuando a los 4 o 5 años vio por primera vez el minúsculo lugar que ocupa Israel en el mapamundi: “Israel es un país chico por fuera pero grande por dentro”. (Aprovecho para sugerir a los padres jóvenes registrar estas “perlitas” de sus retoños).

Desde su mirada infantil me explicó entonces la paradoja de cómo un país-pañuelo genera brechas gigantes.