Sé que es políticamente incorrecto generalizar pero, quien no peca de vez en cuando? Desde ya, mis disculpas.
El encontronazo entre el pragmatismo israelí, -una cualidad arraigada en la construcción del Estado que me despierta profunda ambivalencia-, con una necesidad muy mía, -y creo que muy latina (hago expansivas las disculpas de arriba)- de “hablar las cosas”, suele ser fatal. Pero es indiscutible que es una excelente cualidad para salir de apuros. Dos ejemplos.
sábado, 5 de mayo de 2007
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