Una pausa colectiva para recordar
Israel es sin duda un país muy especial colmado de idiosincrasia. A simple vista pareciera difícil delinear un escalafón imaginario con sus numerosas peculiaridades y contradicciones… Sin embargo, en esta época del año salta a la vista que una de sus principales singularidades es esa manera tan especial que tiene de recordar…
Creo que alguien que alguna
vez presenció cómo el tráfico en una calle transitada se detiene al
sonar la sirena en el Día de Recordación del Holocausto (el
miércoles pasado) o en el Día de Recordación de los Caídos en las Guerras de
Israel (el martes que viene) difícilmente olvidará tal escena: la mayoría de los
conductores bajan de sus vehículos y se paran a su lado con la cabeza gacha.
La sensación es como si
de pronto una voz interior lograse embestir el ritmo acelerado que nos domina y se cristalizase en esta sirena. Pero en realidad
no es solo el minuto de silencio. Varios días antes los Medios empiezan a traer
uno y otro relato conmovedor que van "preparando el terreno" y "recordándonos"
que llegó el momento de recordar… (Muchos, demasiados, no necesitan que se lo
recuerden).
Hasta aquí, una
característica distintiva. La difícil situación (económica, social y demás) en la que se encuentran en la
actualidad muchos de los pocos sobrevivientes del Holocausto refleja tan solo
una de las muchas contradicciones.
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