Pinceladas y reflexiones sobre la vida cotidiana a orillas del Mediterráneo

lunes, 19 de julio de 2021

Esperando que llegaras...

 

Cuando decidí publicar esta foto pensé titularla “Sin palabras” y consecuentemente, no escribir nada. Pero… ustedes comprenderán, no puedo con el genio…

Lo primero que se me pasó por la cabeza cuando, unos días atrás, en una de mis caminatas triviales y cotidianas por el barrio vi esta kipá huérfana sobre un banco a orillas de la vereda, fue el título de un programa humorístico de antaño: “Solo en Israel”, en alusión a situaciones y fenómenos que ocurren únicamente acá.

Acto seguido, le agradecí al bendito mindfulness por haber irrumpido en mi vida, enseñándome a estar presente, lo más posible, en el “aquí y ahora”. Si no fuera por él, seguramente ni me hubiera percatado de la kipá perdida y por lo tanto, no hubiera venido al mundo esta foto ni las historias que pueda inspirar.

Agradecimiento cumplido, reflexioné sobre la kipá y su dueño. Imaginé que habría muchas posibilidades de que muy pronto se reencontrasen…No porque aquí no haya gente que codicia lo ajeno sino porque ¿quién va a pasar por alto la aureola sagrada de una kipá perdida? Supuse que la famosa frase: “las brujas no existen, pero que las hay, las hay”, seguramente funcionaría también respecto a Dios… amedrentando aun a los ateos más acérrimos.

Si bien me felicito por el segundo de atención plena que me regalé y que me permitió identificar tan genuina escena, comprobé que me queda mucho por hacer para que esta modalidad se instale en mi vida y le quite protagonismo a mi dispersión.

Volví a casa al rato, por la misma calle. Pero hete aquí que, sumergida en mis pensamientos, lo hice por la vereda de en frente... ¡Me olvidé por completo de la kipá! Así que no tengo idea si todavía estaba ahí…

Obviamente, aún si la hubiese visto nunca podría haber adivinado cuál sería su deseo más profundo: ¿que su dueño regrese o que aparezca en su vida un nuevo amor?

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